miércoles, 5 de enero de 2011

Te imagino



















Podría ponerme detrás de ti.
Y muy suavemente deslizar mi mano,
por el cuello primero.
Sentir las clavículas.
Y bajar suavemente.
Una mano.
Y sentir el peso de uno de tus pechos en la palma.
Nada más por el momento, hasta llegar al ombligo.
Jugar.
Y ahí sí.
Decidir si subir o bajar.
Te consultaría.
Aunque podría deducir por tu respiración.
Y hacer lo contrario.
Mmm.
Estaba jugando con tus pechos.
Hasta que levemente las puntitas
empezaron a ponerse un poco más duras.
Qué lindo se siente...
No cabe del todo en mis manos.
Me gusta sopesarlas... al tiempo que te beso en el cuello.
Una mano inevitablemente
muere por bajar.
Imaginando encontrar humedades.
Y eso,
de solo pensarlo,
estando detrás de ti,
me excita.
Y lo notas en tus glúteos.
Ahí, te das vuelta para buscar mi boca.
Y nos encanta.
Beso apasionado.
Profundo y audaz.
Amo las espaldas y antes de seguir recorriéndote,
te pido que te bajes la bata.
Para ver esa espalda desnuda.












Lo hacés, aunque enseguida te traigo hacia mí.
Te abrazo fuerte fuerte.
"Me haces doler" protestas.
Entonces aflojo.
Te saco la bata del todo, que cae al piso.
Te miro y muero.
No sé donde depositar mi atención.
Me da vergüenza que me descubras
fijándome demasiado en tus pechos.
O en tu intimidad más prohibida.
"Eh, tengo cara también" decís riendo.
Y si... te miro a los ojos
y veo un interior celestial,
un ángel.
No aguanto más.
Y donde mi mano no llegó,
llegará mi lengua.
Vibro de pensarlo...
el tiempo que tardo en acceder, parece un siglo.
Goteas una miel sabrosa.
Y el botoncito mágico está muy grande...
Esperando que mi saliva lo bese.
Pegas un mini gemido.
Te gusta.
Y quieres más.
No puedo parar de saborear.
Pero vos deseas que te penetre.
Un orgasmo logro con mi boca.
Un pecho lo manejo yo, aprisionando un pezón entre mis dedos.
El otro, te pido que lo manejes vos,
para que yo estalle mirándote jugando contigo misma.
Decido que no tiene sentido esperar más para llegar al paraíso.
Y te inclino, poniéndote de espaldas.











Deseo entrar, maravillado por ese trasero perfecto.
Y tus tetas colgando.
Puedo sostenerlas al tiempo que, una y otra vez, entro en vos.
Delicado al principio.
Un poco más violento después.
Logro sacarte un grito silencioso.
Me pone muy feliz verte así.
Una, dos, diez embestidas.
Eres demasiado hermosa para que me pueda controlar.
Te inundo por dentro.
Lo sientes tibio.
Y ríes de placer.
No quiero salir.
Pero deseo abrazarte.
Fuerte.
Caer rendidos.
Y quedarnos dormidos uno con el otro.
El sol asoma amarillo.
Me levanto para que esa imagen no se me olvide nunca más
Te amo.
Sencillamente eso.
Sin decir palabra...

Me encantó hacerte el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario