Que difícil olvidarte…
No sé escribir cartas de amor, ni nunca creí demasiado en esas historias de gotitas de perfume que ella le ponía para volverlo loco con su aroma. Son otros tiempos y con suerte todo se dice de frente sino es por las estúpidas redes sociales. Sin tanto sentimiento, con dibujitos de computadora que bajás de Internet.
Pero vos sos diferente. Con vos ES diferente. Te merecés el homenaje de volver a esa tan antigua y romántica tradición. Y acá lo intento.
Imaginá que acabás de recibir el correo.
En letra manuscrita, pero con las técnicas modernas, te declaro mi amor.
Cuando te conocí, solo imaginé que eras una persona más, de las tantas, que por mi vida pasaron. Más allá de tu cuerpo, de tu simpatía extrema, no imaginé que quedarías amurada a un sentimiento. Me dije en mis soledades que de no ser por determinadas circunstancias hasta podrías haber sido mía.
Puras mentiras, auto convencimientos vacíos, que ni yo en la borrachera más acuciante podría creérmela.
Conocerte fue despertar a un mundo desconocido. Experimentar milagros que solo pensé literarios. Sentir tu piel próxima, oler ese aroma tan tuyo, fue clave para aseverar tu existencia.
Hablamos de cosas vanas con la profundidad de los grandes pensadores, y confesamos secretos ocultos que a cualquiera espantaría. Fuiste un remanso que iluminó mi camino. Fuiste el sol posterior a la tormenta. Fuiste, es odioso decirlo…
Juro que no puedo creer las sensaciones que inauguraste dentro de mí. Como si el ser humano viniese preparado de fábrica para casos especiales… y vos fuiste uno de ellos.
No sé, obvio que lo ignoro, si como dice la famosa frase, “sos la mujer de mi vida”… pero juro por todos los santos que más de una vez lo pensé… No puedo mentirme ni mentirte, sabemos que el juego que se presentó encontró a dos grandes participantes, y que, como en una de esas finales de poker de la tele, uno se desespera por conquistar las posesiones rivales.
Te desnudé con palabras. Te recorrí con las letras del teclado. Mi mano era el mousse que encontraba recovecos muy tuyos. Y creo que te escuche gemir de manera virtual. No te toqué pero siento que te hice el amor como a nadie. Tu aliento agitado, la piel transpirada, los ojos cerrados. Orgasmo profundo pero distante. Sentí tu humedad brotar y empapar la lencería. Pero hasta ahí llegó. Se me complica el cerebro diciendo que si y que no. que si creo que te amo, que no, que no puede ser amor. Que deseo entrar bien adentro, hasta llegar a tu corazón. Que es en vano soñar con ángeles, porque, dicen que no existen… que… ¡tantas cosas! Y todas dan vueltas y vueltas…
Apenas nos vimos siquiera. No sabemos demasiado de nosotros, en realidad. Si sé que si fueses muy mía, si te conociera hasta por dentro, sería fatal abandonarte… si no tengo esa posibilidad, sufriría una desazón de no saber cómo sos…
No soy coleccionista de trofeos. Es más, no tengo recuerdos similares. Hacerte el amor sería hermoso, celestial, magnánimo. Pero, raro para la especie varonil, lo sé, aunque no me comprendo, priorizo que estés bien.
Todo esto, sucedió de pronto. Sin red, apareciste y te desnudaste. Me siento privilegiado. Un afortunado que no sé si digno de tanto. De verdad.
Veo en vos un sol. Alegría de vivir, de gozar de tu goce. Libre.
El piropo diría que sos justo lo que el médico me recomendó.
Pero perdí la receta y ahora no se como administrarte, cuantas dosis de vos me pueden curar.
Cara de picardía, de inocente… ¡como río cuando decís vulgaridades con ese estilo! Inevitable sentir amor… tan eufórica, vital, feliz…
Soy muy de la idea de que si uno está bien, lo transmite a los que de verdad te quieren, y a pesar de no tenerte, haré como que estoy bien sin vos, solo para que vos estés mejor.
Jamás pero jamás, pensé en usarte como para disfrutar un momento. Jamás. No sé si hoy día eso es destacable o no… Amo respetarte, más allá del que dirán los que se enteren. Pero aclaro que nunca me pasó con nadie…
Quiero y no quiero. Desear poseerte y al mismo tiempo poderte desear.
Soy raro. Lo sé. Te haría el amor con una ternura que no conocés. O la mejor paja de tu vida. Y aceptaría lo mismo, de vos, sin ninguna condición. De mil amores.
Tal vez podamos seguir jugando así… ojalá. Ojalá pueda saborear tus intimidades y hacerte gritar…
Algo, lo que sea, seguramente será… y ojala que lo mejor de mi vida te incluya a vos.
Te quiero. Te deseo. Te sueño.
Yo.
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