viernes, 29 de octubre de 2010

Prometeme que me vas a hacer gritar


Bueno, bueno… calmate… Es muy, no sé… ¿halagador se dice? Pero mejor vestite, y si querés lo hablamos.


-Si… fue un sueño, Cacho. Más vale que me hubiese encantado que me lo dijera de verdad, despierto…pero no… se fue y listo… tenías que haberla visto… Y nunca volvió. Nunca más. Y yo soy un nabo… ni el teléfono le pedí   La ves y te enamorás. Es todo, un sol… Perfecta. Te casás…                                                           
                                                                                
Desde que apareció ese día en el taller, con su Nissan rojo, sueño con ella. Se re notaba que no tenía la más puta idea de que tiene un motor adentro, y yo me reía de las ridículas preguntas que me hacía… Pero estaba tan buena… No hay mina más linda. NO HAY.
Ese día llovía a cántaros. Le pedí que espere, porque solamente era cuestión de cambiarle una correa. Fui hasta lo del turco, el repuestero de acá enfrente, que, por más que me cobra el doble que en otro lado, me dije “esta mina tiene plata, que la pague y se va rápido”…
Pero me acuerdo que yo no quería que se fuera. La morocha estaba muy buena, te lo repito. La ves y te morís. Y si bien imaginé, de una, que yo no tendría chances, estaba como para relojearla de arriba abajo aunque sea. Buena de gambas, y como decía mi viejo, buena para madre… Un par de tetas así, tremendas. Y como te dije, llovía a mares, y volví chorreando… y te juro que me miró… me miró y le gustó que estuviera mojado… andá a saber que rollo se habrá hecho… ¡Unos ojos!

La cosa es que esos autos importados –me contó que era de su novio y que se separaron y ella se quedó con ese y no sé que más…- bueno, son una mierda para cambiarles una boludez… Debe ser que como los chinos son todos chiquitos, hacen todo chiquito los muy hijos de puta, y terminás vos puteando por algo que lo debería poder cambiar en cinco minutos.

Y la negra me puso nervioso. La miraba de reojo… turrita… sabía que calentaba… Bueno… ¿No va la mina y cuando estoy encima del motor se me acerca para preguntarme donde se le pone el agua al sapito, y ¡zaz! se me cae la abrazadera a la puta madre del fondo de todo?

Encima, ¿viste? le meten un cubre cárter de plástico choto, que se lo agarran con esos remaches pop de plástico también… ¡Una garcha! Tenés que romperlos y después no sabés como puta sujetarlo.
El asunto es que me tuve que meter en la fosa y ahí si… ¡Que gambas la hija de puta! Lisitas, re suaves parecían… y la turrita con pollerita media corta… desde el foso se le veía hasta el orto, creo… bueh! Saqué el puto chapón, y recuperé la abrazadera. Y ahí, justo ahí, empezaba el sueño, Cacho… resulta que la mina agarra y me dice: ¿puedo bajar?


-¿En serio? ¿Así te dijo?
-Sí, pero en el sueño. Te dije. Cambiale la yerba a esto que está horrible.
-Dame… ¿y qué más?
-Yo le digo que no, que no es lugar para una mina, que se va a ensuciar…
-Pero sos un boludo! Si ella quería… ¿Qué te jode?
-¿Y qué querés que haga? Te digo por tercera vez… ¡Era un sueño! No puedo con los sueños…
-Ok, ok… Seguí… Fijate si está bien así o le pongo una de azúcar…
-MMM, no, está caliente, pero está… Bueh, resulta que baja igual… ¿vez que te apurás a interrumpirme al pedo…?
-Que hijo de… ¡dale…!
-Vestidito cortito, medio color blanco, o algo así… taquitos… medias negras con ligas…
-Pará! Antes me dio como que no tenía medias, dijiste piernas blanquitas, lisitas…
-¡No me rompás las bolas! No dije blanquitas… y que se yó… se cambió… ¡Y dale Juana, loco… es un sueño! No te cuento una mierda más…
-No, no, dale, me callo.
-Me calentás, loco… 
-.............................ni hablo...........
-Se me acerca y… ¡me cortás el clima encima!... se acerca y me dice… “¿Cómo es eso que siempre dicen que ustedes saben medir el aceite?”
-¡¡¡No!!! ¿En serio te dice así? Sí, si,  ya sé que es un sueño. ¿pero te dice así?...
-Sí, Cacho… así. Entonces de galán que soy le explico, le muestro el tapón del cárter, le explico que ahí hay como cuatro litros, que se saca, que se ve la viscosidad… y viene y me susurra al oído: “Yo la tengo muy viscosa”…
-Me estás poniendo al palo… ¿querés mas bizcochitos? ¿Traigo?
-No, no… y yo agarro… o mejor dicho, la agarro a ella de frente y le estampo un chupón de novela… la lengua hasta el orto creo… la mina se sacude, se sacude y de un manotazo arranca  el tapón del cárter…
-Pero es imposible… si vos sabes lo apretado que… No me mirés así… no me mires así que me asustás… es que… Si, “es un sueño”… dale… me olvido.
-Bueno, veo que entendiste… y empieza a chorrearse aceite, en el cuello, en la ropa, y a la mina no le importa un carajo, y se baña como si fuera una ducha… resbalosa me queda… y se saca todo, de golpe. Uy Cacho, ¡las tetas! Se manosea, se desparrama todo… y se empieza a tocar la concha como loca… No… no podés imaginarte…
-¿Y vos? ¿También con aceite?
-Si, menos la pija supongo, porque se le ocurre chupármela, y ahora despierto, pienso: no debería tener aceite ahí, porque si no es un asco chuparla con aceite… Pero en el sueño no me importó nada parece… Y viene y me dice: “Papito… medime vos el aceite…” y me señala la concha… ¡Que concha, madre mía!
-¿Y vos?...
-¡Pará de preguntarme “¿Y vos?”a cada rato! ¿que voy a hacr? Yo la ensarto por todos lados, se me patina, se escapa, y otra vez siento que se la meto hasta el fondo… De atrás, de adelante… te diría que violento… Una y otra vez… Y ahí le digo… gritá, hija de puta, gritá… Se da vuelta… me mira desafiante, toda sucia de grasa también, igual que yo… y como con cara de turra me dice: “Prometeme que me vas a hacer gritar, y te juro que grito”. Una yegua.
-Que raro…
-¿Qué cosa?
-Que te dijo eso así, después de cogértela… Porque ya debería haber gritado antes… un poco aunque sea.
-Ay Dios! No entendés nada… Es como un código… Es como que te pide más, que nunca la cogieron así… Que siga, que no termine…
No sé para que te cuento…
Encima ya te lo dije treinta veces…
-Si, que es un sueño… cortala…
-Y además en los sueños pasan cosas que no se pueden explicar, es el inconsciente… nadie sabe…
-¿Y vos? Bueno, perdón… digo ¿y vos que hiciste ahí? Eso digo.
-Le dije que se calme y que se vista. Y ahí me desperté.
-Un cacho más hubiera estado bueno…


-Y si… pero como dijo un tipo, Calderón...,
-¿Cual? ¿ el de Estudiantes…? ¿Caldera? También jugó en Arsenal, en el rojo, en Europa… ¿ese?
-Dije Calderón, como ese… Éste es mucho más viejo… dijo: “ Los sueños son… son eso… o algo así…”
-Ah! Mirá vos a Caldera… Che… Me voy adelante que me parece que entró gente… voy a ver… Poné más agua…
-Dale…
-No, che… te buscan a vos…
-¿Fernando? Si es Fernando, decile que pase… ¡Fer!
-No, no es Fernando…
-¿Quién? ¿La vieja del Palio? ¡Que rompe bolas! Le dije que el sábado…
-No, tampoco… no es un cliente… Dice que te conoce…
-¿Quién es? ¿Una mina, un tipo? ¿Cómo se llama?
-¿Cómo te digo? Es…es… ¡Ya sé! ¿Sabés? Está muy buena…¡Es un sueño! ¡Y dijo que le prometiste algo!.

                                                             Jorge Laplume





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