-Es que somos distintos Maxi… entendelo de una vez
-Eso ya lo sé… pero no entiendo porqué no… juro que no entiendo.
-No estamos pensando en coger todo el día, como ustedes.
-No, yo no digo coger… yo digo pensar en sexo… en, no sé, sentirte erótica.
Maxi ya me estaba hartando con su temita. Hay días que me divierte, pero cuando se pone en teórico, en querer descubrir la pólvora, me saca.
-¿Adonde querés llegar?
-A entender un poco más la filosofía femenina… hay algo que no le creo.
-Jajaja… ¿algo que no? a ver… contame a ver si te ayudo.
-Yo digo: vos te sabés linda…
-Mmmmm sí, digamos que me acepto…
-Sos linda.
-Ok, gracias…ponele que sí, soy linda… ¿entonces?
-Entonces te ves…cuando te cambiás, te bañás…
-Más vale, boludo… ¿querés que me bañe vestida?
-No seas mala onda… seguime sin insultar.
-Ok, dale…me baño… desnuda… ¿y?
-Eso…
-¿Eso qué?
-Digo que cuando estás desnuda tenés que sentirte erótica.
-Maxi… a ver si soy clara… cuando me baño, generalmente, me baño. Punto. Estoy preocupada por el pelo, por las canas, por si engordé, por lavarme bien, a veces lo hago apurada… me baño…nada más…
-Ok, ponee que sí… pero cuando te lavás las tetas, por ejemplo, tenés que darte cuenta que estás buena, que gustan, que son “objeto de tentación de los hombres”…no podés pasarlas así nomás, como los codos…
-Ay Dios, que boludo que estás hoy… cuando me baño, generalmente…
-Si, “generalmente” te bañás, ya sé… ¿pero “no generalmente”? No me digas que no te ves con otra mirada…
-Pará… ¿vos cada vez que vas a mear, jugas con tu cosa?
-…
-¿¡Jugas cuando vas a mear!? ¿siempre?
-No… no es que juegue… pero siento que lo tengo, que esta bueno tenerlo… ¡que se yo! Está. Me ponés incómodo…
-Ah bueno! Vos me preguntas si me toco cuando me baño, y a vos no se te puede decir nada cuando te hacés la paja…
-Noooo, no me hago la paja cada vez que voy al baño… ni ahí…pero sé que que tengo pija…la veo…está ahí… y no es solo para mear.
-Ajá…
-No me mires así… yo te pregunto bien: salís de la ducha, envuelta en una toalla… buscas una bombacha… ¿Cuál buscás?
-Depende, generalmente una cómoda, sana, limpia…
-No me cuentes más “generalmente”… ponele que elegís una tipo cola less… cuando te la metés en la cola… ¿Qué pensás?
-No sé… que me quede bien… ¿Qué tengo que pensar?
-No sé… ¿pero que te quede bien por qué? ¡te estás metiendo una cosa en el orto…dejame de joder… eso no puede no ser erótico… ¡no es lo más normal del mundo meterse una bombacha en el culo! Y no me vengas con que es cómodo… Si yo me meto el calzoncillo en el medio de la raya, me molesta…
-Me estás cansando un poquito… ¿¿Vos probaste meterte el calzoncillo?? No me lo contestes porque de imaginármelo me muero… te contesto yo mejor: me la meto porque me gusta que me quede bien, que me mire en el espejo y me quede bien…que no se me marque la pollera, o el pantalón.
-Ja!
-¿¿JA QUE??
-Porque estás pensando en sexo, solo que no lo admitís.
Lo quiero. A Maxi, es más que obvio que lo quiero mucho.
Supongo que algún otro tarado que me venga con esta charla lo hubiese mandado a la mierda apenas arrancaba. Por otro lado, su deseo de investigar, de inmiscuirse en la mente femenina me enternece, como que rompe con ese esquema antiguo de que los hombres están más pendientes de sus propias necesidades a diferencia de nosotras que pensamos tal vez demasiado en hijos y madres.
-Mirá, mi amor, mi tesorito: Yo pienso en sexo. Lo sabés.
-Muy muy poco.
-¿Comparado con quien?
-Hoy te tapo la boca… ¿sabés que estudio hizo la Universidad Estatal de Ohio? Cuantas veces piensan en sexo hombres y mujeres por día…
Nosotros un promedio de diecinueve, ustedes solamente diez. Una cagada.
-Ah bueno…entonces confirmás que somos distintos, como te dije antes.
-No. Estoy en contra del informe de la Universidad Estatal de Ohio.
-Ah… mirá que bien… Maxi versus el Estado de Ohio… suena a capítulo de La ley y el Orden. ¿Y que alegás en tu defensa?
-Que cuando te acomodás el corpiño, cuando agarrás la teta para que quede bien acomodada ahí adentro, tenés que pensar en sexo, un poco al menos… rozás el pezón con la palma de la mano, lo acariciás… Como cuando yo me la acomodo.
-…
-Y que cuando te acomodás la tanga o la malla en la playa, es para que te vean bien, y tus dedos están tan cerca de la cola, están atrayendo las miradas… ese erotismo digo…
Es más: No me digas que no te da por mirarte la conchita… No les creo que cuando se depilan o se calzan ropa chiquita no se les pase por la cabeza esos escalofríos de un lindo mimo ahí… ¡Y no te digo de un buen trozo llevándote a un orgasmazo! No les creo que no… Mirá: Incluso cuando elegís pintarte los ojos o los labios… estás cargándote de eros… querés coger, por eso jugás así… pero, claro, la señorita no lo va admitir… O cuando te ponés esa mini super corta… ¿me vas a decir que lo hacés por qué es cómoda? ¡Cuántas veces te la agarrás para estirarla! Cómoda no es… pero es un buen anzuelo para tener sexo. Después se ponen en histeriquitas, pero no niegues que si un día salís a la calle sin ropa interior, cuando una brisa te llega ahí, no se te pasa por la cabeza algo sexual…
-¿Vos estás tomando algo? ¿estás medicado y no me dijiste?
-Si, reíte… lo que pasa es que las descubrí…¡a vos y a todas! y eso te revienta.
Como solo nosotras sabemos hacerlo, me despatarré en el sillón grande sabiendo que parte de mi culotte quedaba expuesto.
Estos vestidotes inmensos y relivianos del verano son ideales para este juego. Seguí especialmente la reacción de Maxi, actuando un perfecto interés por su postura investigativa. Con ese don que no sé de donde me salió, jugué con mi pelo mostrándome absolutamente obnubilada por sus palabras, que no dejaban de salir de unos labios muy tentadores, a decir verdad. Apenas pude, desabroché sutilmente unos botones superiores, como para que estos firmes pechos queden un poco más a la luz.
Maxi comenzó a confundirse en su narrativa. Mi lengua humedeció labios hambrientos y juraría que percibí movimientos “extraños” en su entrepierna.
-¿Y la vez que te preocupaba que se te transparentaban los pezones? ¿Porqué? Porque sabés que genera sexo, por ende… ¡estás pensando en eso!
-Estás muy loco hoy… hace mucho que no te veo así… Es más, creo que nunca te vi tan preocupado…
Me encanta jugar con él, sobre todo cuando se muestra tan concentrado. Lo invité un par de veces a que me rasque la espalda casi desnuda, donde yo no llego.
-Pará…ya te rasco… pero ¿me estás escuchando? A mí no me engañan más…
-Si mi amor… me encanta que seas tan inteligente, que nada ni nadie pueda con vos… pero vení… ráscame que me pica mucho… Ahí, si…un poco más abajo, más abajo, más abajo…
Poco a poco lo fui llevando. Su mano llegó hasta el punto de encuentro entre mi parte trasera con la delantera, justo donde empieza mi cola. Sentí escalofríos deseados pero incómodos. Siempre me pasa al principio: quiero, pero de entrada me da cosquilla… son segundos. Al darme cuenta que sus dedos ya están mojados con mi miel, cambia todo.
Me saqué el vestido del todo, por arriba. Parada delante de él me quedé mirándolo fijamente. Me humedecí los dedos de la mano derecha y me deleité con una vagina suave, sin pelos y muy bien lubricada. Sus ojos explotaban. No sabía si mirar mi entrepierna o mis labios mordidos por esos pequeños espasmos.
Le pedí que se desvistiera para mí. Que se acaricie de manera similar a como lo hacía yo. Se incomodó, justificando en que no era tan bello como cuando lo hacía una mujer.
-Ok, entonces me visto y a otra cosa mariposa. ¿Ves? Como no pienso tanto en sexo, como vos decís…o la Universidad de Oklahoma…
-Ohio.
-Ohio, perdón… me visto y listo… Todo muy lindo pero el pescado sin vender… ¿Ok?
-No! No! no te vayas…! está bien… es que no está muy parado esto todavía.
-¡Que feo eso que decís! Estoy en bolas delante tuyo, metiéndome -escuchá, prestá atención a mis palabras, a como te lo digo- estoy metiéndome los dedos en la concha… ¿y no se te para? ¿algo de mí no te gusta?
-No, no me hagas el jueguito… te dije que ya te descubrí… es que hay que masajearlo un poco…
-¿Así? ¿Así cómo estoy haciendome yo? Mmmmmmm
-Siiiii… seguí… Dejame besarte, chuparte…
-¡Quietito ahí! ¡Sin tocar! Mmmmmm… ¿y si me pellizco los pezones? ¿Pasa algo? Ahora soy yo la que investigo…
-Si… empiezo a sentir escalofríos inconfundibles… dejame metértela…un poquito y la saco…
-No! quiero que explotes de deseo… no soy una mina fácil… vas a tener que hacer mucho para tenerme, jajaja… Dale! Seguí… ¿Está más durito? Mostrame cuanto… ¿rebota? Que gordito está eso…
-Si… mirá… Plom! Plom! Rebota… ya me duele de tan durito…
-Jajaja…me encanta que me hagas reír… Mmmmm, perdoname pero vos que querías saber tanto, te digo que estoy muy cerquita de sentir…Mmmmmm… viene y…Ahhhhhhh
-Te amooooooo… dejame apretarte toda, comerte boca, tetas, concha… Tenés una cara perfecta en ese mágico instante…
-Mmmmm que ricoooo… a ver el sabor Mmmmm… ¿Quérés probar?
-Si…dame…Mmmmmm, dulce…
-Dale… vos seguí que me encanta verte hacerte la paja, es muy raro como te la agarrás... pero no llegues, ni se te ocurra ¿eh? Seguí hasta el borde, que te quiero adentro…
Hicimos el amor como pocas veces. Intenso, ardiente, pero sobre todo, cagándonos de risa… Grité por cada explosión de placer a mis anchas, sin importarme nada… sentir la piel de su pija rozando mi interior me hace ver estrellas… y su esperma inundándome es wow! Grita como un chico, me agota su éxtasis… quedamos destrozados, sin forma, él todavía con algo de ropa puesta…
Ese es Maxi. Un hermoso ejemplar de tipo que amo… Infantil, pero apasionado, cariñoso y único. Curioso y absurdo. Sentir su miembro entrar y salir de mí, es glorioso, reconfortante, como si me llenara de vida. Suelo perder el control y arañarlo más de lo normal, si existiese normalidad en su manera de cojerme.
Sé que soy lo que más ama. Me pasa exactamente lo mismo. Me divierte y me erotiza… Y, entre nosotras, cada vez que salgo sin bombacha, cada vez que me acomodo el corpiño, debe ser que inconscientemente, estoy pensando en encontrarme con él…
¿Nueve veces por día pienso en sexo? Puede ser… tampoco es tan poco…Más no sé si podría…
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