martes, 11 de marzo de 2014

-¿Qué es el sexo?-preguntó Magalí




-¿Qué es el sexo?-preguntó Magalí
-¿Cómo "que es el sexo"?
La charla, como suele suceder, había arrancado con temas muy distintos. Y no sé bien porqué derivó para ese lado. Nuestra amistad lleva muchos años. Tantos como para creer que nos conocemos hasta el último detalle. Nuestros juegos de niños, y siendo vecinos de casas linderas, permitieron una hermosa relación que ya lleva casi treinta años. 
Los dos estamos cerca de los cuarenta. Ella a los veintipico se fue del barrio y del país incluso, hasta hace un año y medio. Yo fui y volví varias veces. Y ahora estoy quedándome.
Nunca paso nada ni sexual entre nosotros. Ella, por más que lo niegue, siempre fue un tanto más varonera, y por eso yo la consideraba uno más del grupo de mis amigos. Siempre usaba buzos gigantes, gorras, el pelo atado, como disimulando una hembra que pedía salir. Yo le contaba de las chicas que me gustaban, de lo que hacía y lo que no. Cuando me enteré que se había casado en California sentí algo extraño, como que "alguien" me la estaba robando. Fue la primera vez que la vi más como mujer que como amiga. Obviamente me alegraba su felicidad, pero también me frustraba. Nunca le había insinuado nada. Nunca, ni siquiera, nos dimos un pico ni jugando. Pero esa vez sentí que estaba perdiendo a mi mejor compañera. 
No se lo dije. A la distancia y ya con el resultado definido preferí desearle la mejor de las vidas, sabiendo que estaba comenzando a olvidarla. 
-No te entiendo...¿que querés preguntar con lo del sexo? Sabés lo que es...tenés dos pibes, estuviste casada más de diez años...
-Si boludo, eso obvio que lo sé... Me refiero a otra cosa... ¿Para que sirve además de garchar?
-Sigo sin entender...
-A ver... A vos te gusta cojer.
-Si, como a todo el mundo. A veces sale mejor, otras no tanto...
-...pero...¿que te deja? ¿para que cojés? ¿como sigue la historia interna, tu historia interna , con el sexo, después de un polvo?
-Ahhhh... Bueno, creo que hay dos respuestas: una es "listo, cojimos, estuvo bueno,¿que hay de comer?" Y así sigue la vida... Y la otra, que creo que es a la que vas, mucho más profunda, que es muy difícil contestarla. Y digo "difícil" siendo buen tipo... Es que... Es algo filosófico... 
Ahora si entendía para donde iba la inquietud de Magalí. Y explicándome algunos detalles de lo que fue su relación con Robert, un yanqui con onda, que era un buen marido, que la quería mucho incluso, pude entender más.
-Fueron muchas las veces que cojí sin ganas. Ojo, Robert era super atento, delicado, jamás me violentó. Y yo, aún sabiendo que todo terminaría en un lindo orgasmo, que me gustaba sentir su pija adentro mío, o que me chupe de manera deliciosa, así y todo, no me entusiasmaba arrancar. Y mirá que le ponía onda, ya que asumo que hasta la piel me brillaba más después de pasión y lujuria. Pero terminábamos y mientras él quedaba rendido, dormido, con una sonrisa de oreja a oreja, destrozado, yo solamente pensaba en "terminó un orgasmo, fue lindo, ya está" y una catarata de sensaciones vacías me llenaban la cabeza.
Y gozar, gozaba... Te lo aseguro... Pero de pronto me preguntaba ¿y? ¿Te gustó? Y mis respuestas eran previsibles, educadas pero sin gracia...¿que cosa me gustó? pensaba... Y era inevitable una respuesta fisiológica, racional tipo "se me contrajeron los músculos, me tensioné, vino un oleaje agradable de espasmos, liberé esas tensiones y uff" y ya está... Pero en el pecho sentía un vacío. Y así como te digo que gozaba, también te digo que lo amaba. Era la persona que más amé en el mundo.
Más allá de su interesantísima explicación, fue su confesión de enamorada la que más me sacudió. Y lo confieso, en ese instante le tuve terrible amor.
-Te juro que me encanta lo que me contás. Es muy dificil para un hombre meterse en la cabeza de una mina, y vos agarrás y me explicás eso así y a mi me vuela el moño... Me resulta imposible no preguntarte si sos feliz, si eso te hizo sufrir, o, no sé... ¿Que te gustaría oír de mí? ¿Como te puedo ayudar? 
No le di tiempo a que me contestase. En seguida me brotaron ideas medio mezcladas en la cabeza, que fui tratando de hilvanar. Era más que obvio que una parte de su ser sufría, sin saber bien que era, o cuanto importaba. Si encima asumíamos nuestra generación mitad culposa y mitad ignorante, ver otra realidad que te encandila por libertades ficticias y alegrías desbordantes de papel y silicona, no sabés donde esconderte...o a quien carajo creerle.
-Son cosas muy raras... El sexo es raro. Hoy en día viven simplificándolo, diciéndote que es lo más normal del mundo, que hay que quitarle lo prohibido y todo eso - algo en que coincido- pero también se le quita mucho valor. 
-Dale, seguí que me entusiasma que alguien me entienda. Ya te digo gracias!
-Ja, ja... Esperá que ni yo sé como sigue esto... Bueno... Somos grandes, vos y yo...y eso que somos de mente abierta, no como nuestros viejos...sin embargo para mi el sexo es lo más íntimo, lo más escondido que uno tiene... Es simple: vivimos vestidos... No andamos en bolas por ahí. Y si, llegado el caso, te pones en pelotas delante de otro, hay más intimidad todavía, la sexual... O sea que no es para cualquiera... O mejor dicho, no es para todos...uno elige...
Y a mi me viene que penetrar a una mujer es, de verdad, recibir una cuota muy grossa de su intimidad. Imagino, fantaseo que esa mina me da lo más preciado, lo último, lo que no le da a cualquiera... Y eso a mi, además de calentarme, me carga de una ternura y de una responsabilidad de la puta madre. 
-¿No estás exagerando? ¿No te estás yendo al joraca?
-No, no... Ya sé, para los días de hoy soy un dinosaurio... Hoy día un poco de alcohol y a cojer se ha dicho... No digo que esté mal...cada uno hace lo que quiere...yo también aproveché la volada de joven y de no tan joven también... 
-¿Pero esto tiene algo que ver con lo que me pasa, con mi pregunta?
-Para mi sí. Si Robert o quien fuese ve que vos le das tu don mas escondido, el tipo tiene que recibir eso y ponerlo allá arriba, adorarlo... Seguro que será un orgasmo, traducido a tus análisis racionales, obvio...pero si el tipo te quiere tiene que pensar en vos... Hasta cuando masturbo a una mujer lo hago disfrutando por lo que ella va gozar, no por mí. Es casi tan fuerte ver un orgasmo en ella que el orgasmo propio. ¡Que más placer puede ser el de saber que vos la estás llevando de la mano al éxtasis! Es un don buenísimo! Bah! A mi me enloquece ver esos gestos, esas reacciones en la cara de una mina...llevarla al cielo! Hasta suena a epopeya: yo te voy a regalar el éxtasis! ¿Que más podés regalar tan tangible? Y si no que el pibe que se haga una paja y listo... Pero te repito, debo ser uno de los pocos que se dan tanta manija con eso...y lindos quilombos también me acarrea...
-Sos un dulce...te escucho y pienso "cojeme ya!"
-No seas forra...¿ves? Nunca sé lo que una mina quiere en realidad... O sea que será muy bonito lo mío pero me pasa que de cojer ni hablemos, jajaja....
-¿Y vos decís que si le decís esto a las mujeres, ninguna cae rendida a tus pies?
-No! Al contrario, después no te quieren ni ver... Por lo tanto: soy un boludo...un boludo que no aprovecha... Y, como dice el refrán "un boludo que da consejos, más que boludo es recontra boludo que no la pone... Y bueno! Soy así! Alguna lo valorará, lo sé. 
-¡Que lástima! Porque a mi me cae bien tu postura... Y un poco me calienta...
-Pará...no sigas...
-¿Y para que voy a seguir si sos un boludo? ¿Vos mismo me lo confesaste?
-Muy hija de puta sos al final...
-No te enojes...sabés que te quiero... -dijo mientras, con una sonrisa muy tramposa, se bajaba el cierre de su buzo naranja, evidenciando que debajo no llevaba nada.....-A ver... dedicame una...
-¿¿Qué?? ¿Una canción? ¿Un poema? 
-No te hagas el idiota... Muchas veces escuché a los tipos gritarme "Hoy te dedico una, mamita!" y me recontra molestaba. 
-Y si...obvio...
- Pero si vos me dedicás una...no me jode...
-¿Ah no? Ok, quedate tranquila...después te dedico una y listo...¿estás más tranquila ahora?
- No! ¡Que después ni después! ¡Ahora, acá! Quiero verte...
-Estás completamente loca! El divorcio te alteró mal... Somos amigos...los amigos no hacen eso entre si...dejate de joder!
-Dale! Es verdad que nunca te vi ni la cola de casualidad, pero también es verdad que somos grandes...vos lo dijiste... Una paja para mi...yo miro nomás... A los hombres les encanta ver mujeres pajeándose...bueno...
Magalí me enloquece. Su pedido era, lo reconozco sin vergüenza alguna, hermoso y tentador. Todos tenemos un ego raro, algunos hasta retorcido, y que ella me pidiese eso me excitaba terriblemente.
Sin asentir de manera explícita me levanté y me fui al baño. No emití palabra. Cuando salí, solo con el boxer, pegó un grito agudo.
-Nada de gritos. No se si estoy muy de acuerdo con esto. ¿Y si se te cae un ídolo? ¿si después de esto se termina la amistad?
-Dale! Dejate de joder! -decía al tiempo que se quitaba el buzo por completo mostrándome un par de tetas increíbles, que jamás había ni imaginado- Pero andá contándome, relatame tus sensaciones...-agregó entusiasmada-.
Primero me metí la mano por debajo del boxer para pre calentarme un poquito antes de mostrarlo. No era cuestión que la primera imagen sea la de algo reducido...Los testículos enseguida comenzaron a inflarse, dando esa consistencia tan firme que hasta a mí me agrada visualmente. Al aprisionar los huevos, mi pene comenzó a moverse, a tomar forma que, levemente, se delataba a través de la tela.
Yo miraba a Magalí. Sus tetas ayudaban mucho a mi preparación. Su mirada, dirigida a mi entrepierna, no se movía de allí. Deslizó su mano derecha por debajo del pantalón. Imaginé que así como no llevaba nada debajo del buzo, tampoco tendría bombacha puesta. 
Agarré mi pija y comencé a rozarla contra el boxer. La cosquilla que recibía en la cabeza hizo que se endureciera más. Emití un muy leve suspiro de placer, que Magalí percibió claramente.
-Dale! Quiero verla! Por favor! -rogó-.
Antes de bajarme el short, me la masajeé por fuera, apretándomela fuerte. Me gusta agarrarla de manera que se vea la forma, envuelta en la suave seda.
Luego, me quité la envoltura del regalo para Magalí. Un "Ay papito!"dijo con humor, mientras no perdía detalle. Su mano aceleraba el ritmo en una concha que ya debía estar agradablemente mojada. Me tendí en el sillón, estirado y, sosteniéndolo desde la base, comencé a sacudirlo de arriba a abajo para que me golpeé por arriba, debajo del ombligo. El golpeteo y su divertido sonido hizo que Magalí riera. No solo no apartó la mirada sino que encima acercó su silla más a mi. Ahora su otra mano aprisionaba un pezón erguido y firme. Cada tanto su mano sopesaba ese pecho y de vuelta a jugar con su puntita maravillosa. 
-Se me hace difícil hablar en este momento -dije cortando el silencio- pero esto es muy lindo de sentir. Me llama a cerrar las piernas, para sentir algo muy calentito cuando me hacen contacto con la pija.
-¿Ya te sale líquido? wow! Que rápido te lubricás! A mi me tarda más...pero llega! mirá! -expresaba mientras me mostraba dos dedos brillantes con esa inconfundible textura, aroma y sabor. Y fue cuando se chupó esos dos dedos que mi miembro pegó un respingo...incontrolado, puramente animal.
-Ay! Que lindo como se mueve solo! Pareciera que tengo un control remoto...me chupo y plin! Jaja! Me encanta! Plin! otra vez....
Yo estaba totalmente excitado. Mi mano se cerró rodeándolo en su totalidad y comencé con el sube y baja más delicioso. Trataba de llegar lo más abajo posible, chocando contra la base, y subiéndolo hasta que la cabeza quedase casi cubierta.
En situaciones así, donde el entorno es tan poderoso, no puedo controlar demasiado los tiempos.
-Te cuento que, de estar solo, esto sería larguísimo...subir y bajar hasta el punto inminentemente previo del no retorno... Dejar relajar unos segundos y volver al ataque...una y otra vez así...¿ves? 
Mi respiración se hacía complicada. Con la intención de extender el placer, busqué distraerme, pero con su belleza al desnudo era una misión impracticable. Menos aún cuando decidió sacarse el pantalón y mostrarme su mayor intimidad a pleno. Ubicó una silla y un taburete a cada lado de sus piernas para apoyarlas allí y ahora el espectáculo era fascinante, hipnótico. 
-No te desconcentres, por favor...seguí que me estoy volviendo loca...seguí...y por mi no te detengas, cuando sea, que sea...
Yo seguía en lo mío, pero cada vez con más dificultad de continuar relatándolo.
Mojaba la yema de los dedos en mi jugo preseminal para lubricar el glande y saborear otra sensación diferente. Gemí acorde a aquello y Magalí me miraba con la boca abierta.
Cambié la posición la mano, ahora con los dedos pulgar e índice contra la base. Eso hacía que esos dos dedos golpearan más mi escroto, dando otra variación genial. Más jugo producía...pero se secaba rápido. Humedecí con saliva la mano y ahora si, deslizaba mucho mejor.
-¿Puedo? -consultó tímidamente-
-¿Si podés qué? 
-¿Lubricarte un poco, con la lengua?
Mi cara habrá dicho que si, porque ya la tenía lambeteandome a lo largo de toda mi verga. Un escozor me recorrió el cuerpo. Estuve a punto de pedirle que se la metiera de lleno en su boca. Pero me contuve con el único motivo de dejarla hacer. 
No lo hizo y eso acrecentó mi deseo de más placer. De nuevo se alejó para mirar como su saliva rendía más que la mía.
Ella estuvo a punto de estallar y retuvo mágicamente la explosión. Se sacó la mano de la entrepierna y jugó únicamente con esas tetas infernales.
-Dale...seguí. No me quiero perder detalle. Y si necesitás ayuda, acá estoy...
Mi cara, lo imaginaba, demostraba lo próximo a la eyaculación que yo estaba. Si bien no fueron demasiadas las idas y vueltas, tampoco fueron pocas. Mi pija era un fierro caliente. Brotaba mucha miel. En una de las emanaciones mojé mi índice y se lo di a probar a Magalí, que lo saboreó como si fuese un helado en palito. 
Acciones como esa aceleraban mi ritmo cardíaco apurando el desenlace esperado. 
Ella se paró para alejarse de la silla y arrodillarse entre mis piernas.
-Acá -dijo marcándome el medio de su pecho- empapame acá con tu leche.
Yo seguí a ritmo constante...o lo que yo podía controlar ante mis estertores próximos al final. De manera muy solidaria apoyo cálidamente su mano cubriéndome los huevos. La temperatura se elevó en todo sentido. 
Comprimí los glúteos, mi mano aprisionó mas fuerte sabiendo a donde íbamos y un chorro rebosante salió a borbotones...fueron varios bombeos intensos, acompañados de gritos incontrolados. Cuando pude volver a mirar, apreciaba sus tetas enchastradas, sus ojos entrecerrados y el labio inferior devorado por dientes firmes. 
-Ey! No me dijiste que sentías a esta altura... ¿donde arranca el estallido final? 
No pude emitir palabra alguna... Quedamos inmóviles por varios segundos. 
Había sido una de las mejores pajas de mi vida. Es verdad, con ayuda...con exquisita ayuda! 
Magalí tomó distancia. Yo seguí tirado. Ella, de pie frente a mi, me miraba socarronamente. Mostraba un gesto divertido al verla de brazos cruzados, enmarcando esos divinos pechos, cubriéndolos como con timidez, pero de concha presente sin taparsela... Piernas abiertas y linea perfecta. Guardo esa foto mental de ella.
-Y si...tenías razón... -sentenció- Lo que era una amistad se fue al carajo. ¡Como pasaron tantos años sin sentir esto! ¿Te parece que podremos remediarlo?
-Y... No sé como...
-Y si probamos cojiendo? 
Se avalanzó sobre mi, estampándome uno de los besos más apasionados que se puedan imaginar. 
-Che Magalí... Ya que hemos hecho muchas cosas al revés, y empezamos por el final... una más no va a cambiar nada... creo... ¿Querés salir conmigo?